El calambre muscular consiste en una contracción brusca, repentina y también involuntaria de un músculo.

El dolor y los espasmos son los síntomas principales. La duración aproximada es de uno a diez segundos si bien puede continuar sensible el músculo hasta veinticuatro horas siguientes al calambre inicial.

Cualquier persona puede sufrirlos pero son mas comunes en atletas, embarazadas y ancianos.

Puede afectar a todo el cuerpo más por norma general se encuentran en el miembro inferior (piernas y pie-planta del pie y/o dedos).

Conforme a bases científicas la probable causa son los cambios de excitabilidad en las neuronas motoras resultado de descargas espontáneas de los nervios motores debido a:

  • Ejercicio más fuerte de lo normal que genera fatiga muscular.
  • Situaciones puntuales como: embarazo, cirugías, pre/menstruales...
  • Carencias/anomalías nutricionales y en hidratación: deshidratación (falta de electrolitos, faltas de magnesio-calcio, cirrosis, efectos secundarios a ciertos fármacos...)
  • Enfermedades endocrinas como diabetes o  hipertiroidismo.
  • Anomalías metabólicas.
  • Nosologías de motoneurona inferior como ELA.

Los calambres pueden darse tanto en activo como en reposo y son bastante comunes los espasmos nocturnos.

 

¿Qué hacer cuando padecemos un espasmo o calambre muscular?

 

Lo primero que tenemos que hacer es estirar el músculo en cuestión hasta el momento en que desaparezca la contracción brusca.

Se aconseja en un primer instante aplicar calor seco y masajear tenuemente para relajar todo lo que resulte posible la musculatura.

La prevención ocupa un sitio muy importante. Como cualquier perturbación o  lesión muscular lo más esencial es prevenir el episodio lesivo.

Debemos atender factores de peligro:

  • Edad avanzada.
  • Alto índice de masa anatómico.
  • Poca dedicación a estiramientos
  • Hábitos de estiramientos irregulares.
  • Historia familiar de calambres.
  • Condiciones relacionadas con el ejercicio.
  • Alta intensidad de ejercicio-fatiga muscular.
  • Embarazo.

Emplearemos medidas como:

  • Buena hidratación y  alimentación para eludir faltas de minerales, electrolitos esenciales en nuestra musculatura.
  • Práctica deportiva controlada y dedicación a estiramientos individuales y globales de nuestro cuerpo.
  • Intentar evitar sobreesfuerzos musculares.
  • Y naturalmente, dar reposo a nuestro cuerpo es de máxima importancia.

 

En TresSSaluD llevamos años tratando pacientes con estos síntomas, especialmente atletas, en los que este tipo de lesión es muy usual.