El gen FTO es el principal aliado de la obesidad, por eso decimos que la genética es uno de los factores más importante en la obesidad aunque la genética no lo es todo. Numerosos estudios tratan ahora de desvelar las claves para luchar contra él. Un nuevo estudio liderado por investigadores españoles muestra que un estilo de vida físicamente activo durante la adolescencia puede atenuar el efecto de una mutación en este gen que predispone al sobrepeso y la obesidad.
Entre los genes relacionados con la obesidad, el FTO (o gen de la masa grasa) es uno de los responsables de la acumulación de grasa en humanos. Cada copia de la mutación de este gen se asocia con un incremento de 1,5 Kg. Es decir, aquellas personas que tienen dos copias pueden pesar 3 Kg. más que las que carecen de copia.
Aunque la mutación genética se asocia a un mayor índice de masa corporal, grasa y circunferencia de cintura, lo interesante es que su efecto prácticamente desaparece entre los adolescentes que cumplen las recomendaciones diarias de actividad física.
La genética no lo es todo
Por eso, cumplir con las recomendaciones de actividad física puede contrarrestar una predisposición genética al sobrepeso y la obesidad.
Una modificación en el estilo de vida puede anular el efecto negativo sobre la salud de algunas mutaciones genéticas. Para los jóvenes, basta con hacer deporte durante una hora al día para poder atenuar el riesgo potencial de esta mutación genética.
El gen de la masa grasa y la dieta mediterránea
La obesidad es una enfermedad en la que influyen tanto los factores genéticos como el estilo de vida (nutrición y actividad física)
Las personas con la mutación rs9939609 tienen mayor peso corporal. La dieta mediterránea protege de la adiposidad asociada a esta mutación.