Llega el frío, el mal tiempo y las ganas de no hacer nada. Sin competiciones cerca es complicado implicarse al cien por cien y lo que los profesionales llaman pretemporada es una temporada muy, muy buena que los globeros nos tiremos a la bartola y olvidemos de entrenar. Soy un especialista en disculpas y asimismo creo saber el antídoto para pelear con ella. Os cito las disculpas más habituales en invierno… y sus soluciones.
Uno. Queda mucho para las competiciones
Situación: Muchos planeamos las carreras para la primavera. El medio la vuelta tal de allí, el maratón de aquí, la prueba cicloturista de más allá o bien si te ves capaz el Ironman. En el mejor caso nos quedan cuatro o bien cinco meses a fin de que llegue y el “tengo tiempo de sobra” ronda por nuestra cabeza. Pero día tras día de sofá, precisarás mas de dos días para recobrar las ganas.
Solución: Busca objetivos a corto plazo: puedes entrenar para recuperar los ritmos en carreras cortas, bajar de 45′ en la San Silvestre, acrecentar el ritmo sobre la bicicleta o bien avanzar en la piscina. Objetivos en un corto plazo que mejoren tu motivación y donde puedas ver resultados
Dos. Hace mucho frío o bien llovizna
Situación: Es cierto, mas asimismo lo es que en verano hace mucho calor. Salvo dos meses por año jamás tenemos el tiempo perfecto. Si a esto le sumamos que aumenta la posibilidad de lluvia ya tenemos la ecuación idónea para continuar durmiendo por la mañana y no entrenar.
Solución: Si hace mucho frío podemos abrigarnos. Mallas largas, camiseta compresora interior, cortavientos braguita para el cuello, guantes y hasta el gorro. Eso sí, recuerda que te va a sobrar la mayor parte cuando comiences a sudar. Los días de lluvia van a ser idóneos para que mejores en la piscina.
Tres. Ya es de noche y no hay luz
Situación: Día a día anochece antes, salir del trabajo a las ocho y salir a correr a las nueve por un parque acarrea gran peligro para los tobillos. “Mejor me quedaré en casa” que todavía tengo molestias de aquella lesión y en el parque y sin farolas soy carne de cañón. Sin quitarte totalmente la razón para no salir a entrenar… ¿no ves ninguna opción alternativa?
Solución: Tienes 2 opciones, salir con un gadget más, que no son pocos, y emplear un frontal para alumbrar el suelo o bien en vez de trasnochar, madrugar y aprovechar las primeras luces del día. Como opción miserable, los que salís con móvil para la música la aplicación o bien sencillamente por el hecho de que sois adeptos podéis descargaros una aplicación de linterna y usarlos en lugares más oscuros… ¡Marcha!
Cuatro. La soledad del atleta
Situación: Es verdad que muy frecuentemente salir a entrenar todos y cada uno de los días de la semana se hace complicado. Tu fuerza de voluntad de hierro no va acompañada de la de tus compañeros de fatigas y te ves entrenando más de un día solo, sin absolutamente nadie que tire de ti en los días más difíciles y también inevitablemente, bajando el ritmo.
Solución: ¿Piensas que eres el único? Existen muchos clubes de running y triatlón populares para no entrenar solo… Muchos de los que van a ser tus compañeros van a tener objetivos afines y no es exactamente lo mismo entrenar unas cuestas o bien unas series solo que ‘picao’ con compañeros.
Cinco. Me da mucha pereza
Situación: A fin de que poner disculpas basándose en razones objetivas como las anteriores… Sencillamente tras un año largo, y con lío de curro, inconvenientes y demás puede no apetecer, da mucha pereza y es normal, no hay que castigarse. Llegas a casa y no apetece demasiado.
Solución: Esta medida es radical y abarca un tanto las precedentes más si ninguna solución te ha servido para salir a entrenar aun me queda otra… PAGAR. cógete un entrenador personal, apúntate a un nuevo gimnasio o bien cómprate ropa nueva para estrenar más siéntete culpable si no sales a la calle. Una vez cojas la rutina va a estar hecho pero hasta ese momento en que la cojas… ¡PAGA!
Como afirmaba una campaña de Reebok, “sé más fuerte que tus excusas”.. ¿A qué esperas para entrenar?